jueves, 15 de noviembre de 2012

La noticia periodistica


                 Tormenta y naufragio


 En el día de ayer una lluvia arrasó y hundió un barco llamado “Humber”, mientras se dirigía a  Londres.
 Los marineros fueron salvados unos minutos antes de que se hundiera.

       En el día de ayer un señor llamado Robin se embarcó en un navío con destino a Londres. Robin afirmó que apenas zarpó a Londres, en su barco llamado “Humber”, el viento comenzó a soplar de tal manera que las olas se hicieron grandes. Cerca del mediodía, un embate de olas penetró el Humber y los marineros pensaron que el ancla no resistiría semejantes olas. Robin, el capitán, ordenó que echaran el ancla de emergencia  y  la nave comenzó a sostenerse con dos anclas. Luego se desato una tempestad y los marineros empezaron  a temer que algo sucediera.         
      Según un tripulante de Humber el capitán parecía estar muy nervioso, y el mar generaba grandes olas.
        Un barco que había zarpado delante de ellos les envió un bote de rescate, que no lograba ponerse junto al Humber, pero gracias a mucho esfuerzo de los marineros que remaban en el bote de y una cuerda que les arrojaron, pudieron arrimarse a él. Luego de catorce o quince minutos de haber huido, se hundió el barco Humber.  







Consultado diario el señor ( 02/09/1651 )













martes, 6 de noviembre de 2012



CONTINUACIÓN DE LA NOVELA LA HISTORIA INTERMINABLE

        Luego de un largo tiempo, el reino de Fantasía empezó a destruirse. Se estimaba que desaparecía en dos meses, por lo que los habitantes estaban desesperados por irse del mundo de Fantasía a un mundo que no se estuviera destruyendo. A Engywuck, el gnomo, que es especialista en investigaciones de cualquier tema, se le cruzó por la mente investigar por qué Fantasía iba a desaparecer. Luego de unos minutos le empezó a doler la cabeza y como era un simple dolor de cabeza, se recostó sobre su cama y finalmente se durmió.
         A Atreyu, que andaba vagando por ahí, se le ocurrió ir a la saludar a su querido y viejo amigo Engywuck. Al llegar, la mujer del gnomo lo recibió amablemente con unas galletas de arroz, las preferidas de Atreyu, y charlaron sobre Fantasía y la desaparición de este mundo. Luego de unos minutos, Engywuck gritó “Llamen a un médico, me estoy muriendo” y rápidamente Urgl le encargó a Atreyu que fuera a llamar a un doctor. En unos minutos Cairon, el médico, entró corriendo a la casa y vio a Engywuck durmiendo tranquilo en la cama, entonces Cairon le preguntó:
— ¡Para qué me han llamado!
— Fue una falsa alarma, doctor, fue un sueño.
— Señora, la próxima vez verifique si es una falsa alarma como usted dice.
— No va a volver a ocurrir, lo lamento.
         Un investigador, amigo de Engywuck, llamado Rother, mientras su amigo el gnomo estaba con el dolor de cabeza, investigó y encontró un nuevo mundo donde se pueden mudar todos los habitantes de Fantasía, donde podían seguir viviendo. Pero hay algunas condiciones que se deben cumplir para habitar ese mundo: una de ellas es que todos los nuevos habitantes de ese mundo deben ir sin ninguna enfermedad y la otra es que deben trasladar todas sus pertenencias. Rother se lo comentó a Cairon para que revisara a todos los ciudadanos para no trasladar ninguna enfermedad al nuevo mundo.
           Luego de dos días Cairon, reunió a todos los ciudadanos de fantasía cerca de la torre de marfil y los revisó, uno por uno hasta que,cuando el médico estaba revisando a Engywuck , le encontró un virus en el cerebro por lo cual hasta que no se curara no iba a poder irse de Fantasía. El medico le dijo:
— Tienes un virus por estar investigando todo el tiempo y además para este virus no hay cura posible por ahora.
          Toda fantasía se fue al nuevo mundo, salvo Engywuck y su mujer que prometió esperar con él en fantasía hasta que pudieran irse. Cuando faltaba un mes y un poco más llegó el día más esperado por Engywuck. Cairon le llevó el antídoto y, al beberlo, se curó y muy felizes la pareja de gnomos se fue al nuevo mundo.
          Y en honor al gnomo, el nuevo mundo se llamo Don Engywuck. Luego a Engywuck se le ocurrió que sería bueno tener un presidente pero eso ya es otra historia…



domingo, 26 de agosto de 2012

Walter y sus anteojos



                Yo era un sorprendente alumno de la escuela número 10 del pueblo. Además era el más listo y el más educado del grado. Pero tenía un problema: usaba anteojos y para todo el grado esto me hacía inferior a los demás. Un día la profesora María, antes de empezar la clase, nos tenía una sorpresa. El grado que tuviera menos indisciplinas durante un mes, iba a obtener un viaje a Misiones. Ese mes fue el más tranquilo del colegio en años, a pesar de que existieron algunos pequeños problemas de conducta, pero al final el viaje lo ganó mi grado. Entonces al otro día partimos rumbo a Misiones, donde nos esperaría Agustín, el dueño de la estancia donde nos íbamos a hospedar.
                Cuando arribamos a la estancia, Agustín nos recibió muy amablemente con alfajores y ricos caramelos de limón. Después de comer fuimos a dejar las maletas a las cabañas. La maestra nos dejó descansar un par de minutos. Después de cenar teníamos que realizar una serie de actividades nocturnas. Pero había un inconveniente, pues a más de la mitad del grado le asustaba la oscuridad y yo formaba parte de ese grupo, yo le tenía terror a la oscuridad. Después de cenar fuimos en un micro al terreno donde se realizarían los juegos. Dicho lugar se encontraba a unos pocos kilómetros de la estancia. Durante el viaje nos advirtieron que el terreno había sido habitado por indios, por lo tanto, podría llegar a haber viejos pozos a los que utilizaban para cazar animales y como a mí me interesaba la historia, le pregunté a mi maestra:
                 —Seño,¿ me podría decir que tipo de indios habitaron esas tierras?— 
                 —Si, Walter. Fueron los Tehuelches, hace unos novecientos años atrás—
                 —Gracias, profe, usted es una genia—exclamé.
                  Al llegar, el primer juego que debíamos realizar era fácil, nada más había que adivinar qué animal emitía el sonido, pero los siguientes serían mas complejos. En el segundo teníamos que realizar una pequeña caminata de un kilómetro y el objetivo era adivinar sobre qué estábamos caminando. Aproximadamente en la mitad de la caminata me caí en una trampa para animales con Pedro, el compañero que más se reía de mis anteojos y de mi miopía. Al caer, nos desvanecimos. Al despertarnos, ya era el amanecer. Nos despertamos mareados pero en pocos minutos pudimos recuperarnos. Mientras buscábamos una forma de escapar, la maestra se había dado cuenta de que le faltaban dos alumnos, Pedro y yo. Entonces, mi seño tuvo que comentarle a Agustín sobre el hecho y tuvieron que cancelar la vuelta a la estancia. Yo estaba desesperado por huir porque si Pedro me empezaba a cargar me iba a poner muy mal. Pero en determinado momento divisé una ranura de luz por la cual empecé a gritar desaforadamente por ayuda. Después de unos pocos minutos de haber gritado apareció desde un lugar del pozo oscuro una serpiente, que quería atacar a Pedro y yo, sin pensarlo dos veces, con una madera que tenía a mi alcance persuadí a la serpiente y ésta huyo. Justo después de espantar a la serpiente Agustín nos encontró tras escuchar los gritos de Pedro. Agustín nos ayudó a escapar y me agradeció por haber defendido a Pedro. Antes de retirarse del terreno Pedro me agradeció por lo que hice por él. Pero por las dudas le pregunte.
                  —¿Estas bien, Pedro? —
                  —Sí, Walter, gracias por salvarme de la serpiente. Y prometo no burlarme más de tus anteojos
                  Y les cuento que ahora Pedro es mi mejor amigo.¡Qué loco es el mundo!¿no?                                                                                                                                                                                                                                            



domingo, 5 de agosto de 2012

Diálogo pensado para intercalar en un fragmento de 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Berne

—Siii!, al fin llegué al Polo!!, es el día más feliz de mi vida—dijo Nemo entusiasmado.
—Oh, mi capitán es un sueño hecho realidad, y que lindo paisaje, que buena fauna y que buen clima, aunque es muy frío, pero me gusta—exclamo Aronnax.
—Nemo, ¿qué va a pasar con Ned y conmigo?, no se ofenda, pero queremos que nos libere!—exclamó Conseil furioso.
—No, ustedes se quedan con nosotros para descubrir lugares que tengo pensado ir.
—¿Y cuánto tardaríamos en descubrir sus lugares?—Preguntó Conseil.
—Según mis cálculos estaríamos volviendo en dos o tres años aproximadamente—Respondió Nemo. 

martes, 19 de junio de 2012

La señora y su olla



     En un tiempo muy lejano, una señora iba caminando por la calle  rumbo al mercado. Se dirigió con su olla en la cabeza durante todo el trayecto, hizo las compras y decidió regresar a su casa con el elemento de cocina.
     En el camino se tropezó con un pequeño duende, que vivía en esa calle. Producto del impacto, la olla cayó al suelo y se rompió. La señora se entristeció por lo acontecido.
     Sin embargo siguió caminando hacia su casa. Tres horas después,  le tocaron timbre y gran sorpresa recibió, pues era el duende que le venia a pedir disculpas por haber entorpecido su camino y a regalarle una nueva y brillante olla.
      La señora se lo agradeció y para darle sus gracias al duende le cocinó una sopa en la olla que le regaló.

                       
                         
                                                              FIN
       



jueves, 26 de abril de 2012

El tigre y su captura



En un pueblo muy lejano en el norte del país, había una selva donde habitaba un tigre que se llamaba Phillips.Al animal le encantaba jugar con los demás tigres, así como también con los otros animales, que vivían en dicho lugar.
  En una oportunidad, personas que solo el mal deseaban, lo capturaron y lo encerraron en un zoológico lejos de su selva natal.A partir de entonces, el tigre vivía en una pequeña jaula lejos de los amigos.Era tanta la tristeza que tenia, que no quería vivir, por lo cual planeó escapar, aprovechando la función que daría el dueño de un circo muy lejano
   Lamentablemente el plan se frustró y cuando intentó escapar, sufrió  un accidente: se enganchó con un pinche que sobresalía de su jaula, y sufriendo lentamente, murió desangrado.


                                                            FIN.